PODEMOS: EL DIABLO ESTÁ EN LOS DETALLES

Podemos es una exitosa fórmula de fracaso. El fracaso de Podemos viene implícito en su agenda oculta, su secreto peor guardado: su ADN comunista. Extrema izquierda, compadreo con ETA, socialismo duro, recorte masivo de libertades, que se traduce siempre en miseria, escasez y persecución del individuo. Véase cualquier ejemplo histórico sin excepción, prestando especial atención al régimen venezolano, cuyo gobierno, asesorado por las élites de Podemos, ha llevado a su nación la escasez de productos de primera necesidad. Especialmente sangrante es la escasez de papel, siendo Venezuela el principal productor de papel del mundo. El éxito electoral de Podemos reside en ocultar su socialismo duro, disfrazándolo de justa indignación ciudadana (esa palabra). Sólo así podrá superar el techo de votos natural de cualquier partido de extrema izquierda: atrayendo al votante despistado que jamás votaría a amigos de ETA; o directamente atrayendo al tonto del culo, que compra discursos fáciles sin entrar en detalles. Y el diablo está en los detalles.

Tomemos el programa de Podemos para la campaña Europea. En él hay dos ejemplos que, contrapuestos, nos dan la medida exacta de qué es Podemos, más allá de las coletas y las poses informales de El Tuerka, su Querido Líder.

Ejemplo 1: Políticas de protección a homosexuales.

Captura del programa PODEMOS para el parlamento europeo

Dejando aparte la obvia discriminación al varón heterosexual, que como todos sabemos, es el origen de todo mal, y dejando aparte también el hecho de que nuestra legislación ya garantiza el derecho a «la seguridad y la vida libre de violencia» a todo ser humano sin distinción, centrémonos en que son sólo una excusa para el verdadero centro del epígrafe: «Un sistema jurídico de garantías que intervenga tanto en el ámbito público como en el privado». Se traduce en un sistema jurídico que penalice cualquier actitud, contraria a la norma, que uno tenga en el ámbito de su privacidad. Cualquier gesto o comentario que hagas, intrépido lector, delante de la televisión, o tomando algo con los amigos, o en familia, será punible, constitutivo de delito, si se sale de la normativa impuesta. Nótese además que ese sistema jurídico del que habla Podemos no estaría circunscrito al ámbito de la opción sexual, sino a cualquier otro ámbito («a través de un sistema jurídico que…»). Y es ahí, camuflado entre las palabras «libertades», «garantías», o «derechos», donde se encuentra el objeto más peligroso de todo el programa implícito de Podemos: su intención de ideologizar por ley nuestra vida privada. Detalles.

Ejemplo 2: Políticas antiterroristas.

Captura del programa de Podemos para el parlamento europeo
Obviamente, Podemos no está contento con la política antiterrorista que tenemos en España. La encuentra demasiado dura con los terroristas. ¿Por qué? Porque Podemos comparte ideario con ETA, algo que ha quedado sobradamente demostrado por testimonios de los propios alumnos y compañeros de Iglesias y Monedero, por los múltiples vídeos que corren por la red con Pablo Iglesias dando charlas codo con codo con conocidos abertzales, o en sus propios programas de televisión minoritaria, La Tuerka y después Fort Apache, hablando con simpatía de ETA y de su causa. Sin embargo, con todo lo que habla, cuando llega el momento de poner su mensaje al alcance de un público masivo, Pablo Iglesias se cuida mucho de decir en las tertulias esa parte de su discurso. Y si se fija el espectador que se somete voluntariamente a semejante tormento (yo lo hago a veces), verá que toda la flema y serenidad del coleta se torna agresividad e insulto cuando le sacan el tema de su simpatía por ETA, lo mismo que cuando le vinculan con el régimen chavista. No desmiente, no explica: niega e insulta. Lo más llamativo es que suele ser el moderador quien le rescata del embrollo cambiando de tema, interrumpiendo al tertuliano que saque el asunto, o incluso cortándolo directamente. ¿Por qué? Porque no quiere que el votante despistado se entere de que Pablo Iglesias simpatiza con ETA y con el chavismo. Detalles.

Finalmente, establezcamos una comparación entre los dos textos reseñados. Para «proteger» al homosexual y a «la mujer», Pablo Iglesias no duda en intervenir la privacidad del individuo. Sin embargo, en materia antiterrorista, Pablo Iglesias se muestra mucho más comprensivo, y propone «no vulnerar el derecho a la libertad de expresión». Juntando ambas propuestas, quedaría el derecho a la protesta circunscrito solamente a aquellas ideas que el gobierno marcase como correctas. Considera Iglesias que hay que invadir la privacidad de un señor que diga en su casa que «telecinco es un nido de maricones», pero no la libertad de un señor que diga públicamente que matar está bien si es por la causa correcta.

AMAIUR: LA PRUEBA DEL ALGODÓN DA POSITIVO

En varias ocasiones me he pronunciado en contra de dar a la «condena de los atentados» carta de naturaleza para hacer política. No basta con «condenar» de palabra los atentados, si no es dentro de un pliego de condiciones mucho más largo, que incluye, entre otras cosas, la ausencia de atentados en, al menos, un buen puñado de años, abarcando varias legislaturas. Más condiciones: pedir perdón públicamente a las víctimas, mostrar arrepentimiento por los actos viles, colaborar para resolver los asesinatos aún no esclarecidos, etc, etc, etc…

El manido símil de la prueba del algodón sirve para ilustrar mi postura. La prueba del algodón (se acuerdan, la del mayordomo del anuncio) es insuficiente para evaluar en profundidad la higiene de un azulejo, porque por muy brillante que esté dicho azulejo, en él pueden estar campando a sus anchas todo tipo de bichardos infecciosos no detectados. El algodón sólo revela la cacafuti, no los protozoos. Por lo tanto, el algodón sí puede engañar, y del mismo modo, la «condena» verbal de los atentados tampoco es suficiente, toda vez que uno puede «condenar» verbalmente un atentado mientras guarda en el bolsillo un detonador y un pasamontañas.

Sin embargo, la burda prueba del algodón sirve para gérmenes burdos, y en este caso, ha dado positivo. Porque si bien es verdad que podría dar un falso negativo con gérmenes sutiles, en este caso, el positivo es evidente: habemus cacafuti. Si «Amaiur» se niega a un acto tan simple como «condenar» verbalmente los atentados, ¿cómo esperar de ellos ni siquiera un «arrepentimiento» escenificado, y por tanto, un respeto verdadero por la ley y la libertad de expresión? Los terroristas matan porque no reconocen el derecho a la discrepancia, y en ese sentido, «Amaiur», «Bildu», «Sortu», o sea, ETA (llamemos a las cosas por su nombre), se niega, incluso en su vertiente «amable», a un acto simple como es la condena del terrorismo y de los atentados. O sea, que hay mierda en el azulejo y ni siquiera merece la pena desperdiciar un algodón para constatarlo. Y sólo un tonto, o el PSOE, podría atreverse a afirmar lo contrario sin que se le caiga la cara de vergüenza. El tonto, porque es tonto, y el PSOE, porque no tiene vergüenza.

Aplaudo, pues, la inteligente postura de Mariano. La propuesta de grupo parlamentario de Amaiur tenía un defecto de forma, y Mariano se ha ceñido a los motivos jurídicos para denegar el grupo parlamentario. Así se ahorra la tabarra política, y lleva la batalla a un terreno que está ganado de antemano, pues un defecto de forma es un defecto de forma. Como dice LD, puro Rajoy. Y sin algodón. Bien por él. Ya hemos visto lo majos que pueden parecer los etarras cuando un gobierno les lame el culo. Ahora veremos lo que les dura la cara amable a estos «demócratas» de lupara y banana contra un gobierno hostil. Recordemos que el problema con los terroristas es que no reconocen nuestro derecho a llevarles la contraria.

PAZ A PUNTA DE PISTOLA (II): ¿VICTORIA DE QUIÉN?

El príncipe, fiel al estilo «inopia» de su casa, dice que esto es una gran victoria. ¿De quién? ¿De la democracia? ¿De las fuerzas de seguridad? ¿Suya?

Leo y releo el comunicado de ETA. Habla de dar una solución justa y democrática al conflicto. Pero lo hace porque el mundo civilizado ha cambiado su actitud hacia ellos, no porque ellos hayan entendido nada de un modo distinto de como lo han venido haciendo hasta ahora. O sea, que hemos sido nosotros los que hemos cambiado nuestra actitud. Nosotros somos los que hemos depuesto nuestra actitud. Eso es lo que interpreta ETA, y también yo lo entiendo de esa manera. No han caído en saco roto los esfuerzos de Zapatero y Rubalcaba de hacer guiños a ETA, de soltar a algunos de los peores asesinos de la historia, y de silenciar a todo bicho viviente vía Tribunal Constitucional. Y tanto es así, que ETA se viste de legitimidad para reconocer los gestos del gobierno utilizando precisamente la «conferencia de paz» de San Sebastián y la victoria de Bildu en las municipales, una victoria producida por una gravísima injerencia política en asuntos judiciales absolutamente descarada, una traición ejecutada a golpe de batuta de Rubalcaba en una nueva version del viejo Cascanueces: unos rompen los huevos, y otros recogen las nueces.

¿Dónde está la victoria? Lo que está viniendo a ser esto es una bajada de pantalones de tomo y lomo. Y por experiencia sé lo que hace un maldito psicópata hijo de puta cuando te bajas los pantalones y sacrificas tu dignidad para lograr un poquito de «paz». Lo que logras es un mohín, más arrogancia y sobre todo, muchísimo más de lo mismo. Más y mejor. ¿Victoria, Don Felipe? ¿Victoria de quién?

¿Por qué tanta ilusión precisamente con este comunicado, si esto lo hemos vivido ya tantas veces? Carles Francino ha llorado en su programa. En la entrevista que ha emitido TVE-1 al hijo de Tomás y Valiente, un par de colaboradores se han lanzado en plancha a hablar de amnistías. Otro, el colaborador de El País, no ha sabido, querido, podido, evitar la bajeza de Mayor Oreja al proclamar con tal oportunismo la frase «Las víctimas siempre tienen razón». Ya se va esbozando la fiesta socialista, la derrota de la derecha usando a ETA como trofeo, objeto arrojadizo y victimario oculto. Pero claro, cierto periodismo no deja de ser también casta política, que vive momentos de euforia. Ojo, el ciudadano de a pie no se fía, no se fía, pero los políticos están exultantes. Sólo falta Arias Navarro proclamando compungido «Españoles, ETA ha terminado». Ja, ja y ja.

Todo esto obedece a un guión orquestado por los socialistas del PSOE y de ETA, que comparten ideología, comparten enemigos y comparten proyecto político. Así, mientras sigamos plegándononos a sus exigencias (la voluntad popular debe prevalecer a la imposición) sin pararles los pies y sin decirles que repitan el comunicado y traigan mañana un texto decente, acompañado de gestos, de rechazo a SU violencia criminal y a SU imposición totalitaria, todo irá bien. Pero si nos mostramos firmes, volverán a la violencia. ¿Y de quién será la culpa, si eso ocurre? Del PP. Como en el 11-M, que la culpa fue del PP hasta tal punto que nadie sabe quién hizo el 11-M pero todos «sabemos» por culpa de qué gobierno ocurrió el 11-M, la culpa del fin de la tregua será del PP. O sea, que o el PP concede la independencia a la izquierda etarra, o tendrá sangre en las manos. Esta es la sinfonía de la nueva PSOETA.

¿Victoria, Don Felipe? ¿Victoria de quién? Con monarcas como estos, dan ganas de hacerse republicano. No te digo ná, y te lo digo tó.

UNA PAZ A PUNTA DE PISTOLA

¿Me quiere hacer creer el CNI que esta vez sí, que ETA ha decidido dejar de matar, y que el dato sensible es que ETA está asfixiada, y que no puede seguir su proyecto de destrucción de España mediante la destrucción de vidas inocentes y mediante el terror, que han sido siempre sus cauces habituales? Porque, que yo sepa, todas las anteriores «treguas», «altos el fuego», «finales del conflicto armado», y todos los demás eufemismos con que la torcedura moral de los palmeros del pasamontañas han venido obsequiando a nuestras maltrechas vesículas biliares desde 1982, vinieron enmarcadas en el mismo contexto, sin que eso haya sido garantía de nada.

Es más, si antes ETA podía fortalecerse durante las treguas, ¡qué no podrá hacer ahora que tiene acceso a cientos de millones del presupuesto, además de acceso a los datos de miles de funcionarios sensibles de ser amenazados si no se pliegan a los postulados de la mafia vasca!

Todo huele a basura en esta mierda de fin de la ETA. Empezando por la felicitación a Zapatero «por su tesón» para poner fin al «conflicto» (sic). En lo único en que Zapatero ha demostrado tesón es en igualar a víctimas y verdugos, camuflar su amnistía progresiva a medida que iba comprobando lo poco que le importa al pueblo español su propia dignidad como españoles libres. Continuando por el comunicado sin gas de la banda, un comunicado a la carta de las necesidades electorales de Rubalcaba. Y terminando por la euforia enlatada de la clase política, que huele a miedo de quedarse fuera de la foto, ¿eh, Mariano?

Por supuesto, este despropósito es el producto de una década de aleccionar al pueblo con ese concepto esquivo y casi distintivo de todo discurso demagógico, vacío de contenido y destinado a vender liebre y colar gato a las demostradamente infinitas tragaderas del dopado pueblo español. Ese concepto es, por supuesto, «la paz». «LA PAZ».

Según lo que se nos ha vendido como PAZ, la ausencia de persecución a asesinos que muy bien merecen estar en la cárcel, a condición de que no maten más, se ajusta como un guante al concepto. De tal modo, ¿no deberíamos dar un premio a los etarras, que nos han traído LA PAZ? Pues tal y como vienen funcionando los premios Nobel, bien le podrían otorgar el Nobel de LA PAZ a ETA, gracias a la cual, España puede disfrutar finalmente de PAZ, ¿no? Según el concepto que nos han vendido como PAZ, la ausencia de violencia explícita es PAZ, sea como fuere. Según esto, si un atracador te pone una pistola en la nuca y te dice «chitón, a callar», ese silencio congelado es también LA PAZ. No nos extraña que los PAZIS del «No a la Guerra» (Bardem y compañía), se hayan apresurado a celebrar los primeros esta «paz» que viene condicionada a que vayamos aprendiendo a igualar a víctimas y verdugos, bajo la amenaza implícita de volver a las andadas, por supuesto. Me cago en la PAZ, en tal caso.

La única «paz» que me creería, y conste que entrecomillo porque eso de LA PAZ no sé lo que es, y menos en el contexto de la mafia vasca, sería la entrega incondicional de armas y fugitivos, la colaboración continuada para resolver los atentados aún no resueltos, una petición pública de perdón a las víctimas y a los españoles, y el cumplimiento íntegro de las penas. Porque del modo en que se está planteando, parece que los únicos delitos injustificados sean los crímenes que los terroristas NO van a cometer, y que los ya cometidos eran fruto de algún tipo de malentendido, y que con darnos un abrazo y darnos un beso, las cuentas quedan saldadas. ¿Un abrazo, pelillos a la mar, nos va a devolver a los muertos, las humillaciones, el miedo? No. Me cago en la paz de ETA.

Mi percepción es la siguiente. ETA, que pactó con Zapatero mucho antes del 14-M de 2004, sabe que sólo con Zetapé conseguirá tanto como ha conseguido, esto es, un gobierno español que está más con ellos que con la oposición. Sólo hay que ver la operación del Constitucional con Bildu, o el sabotaje policial a las operaciones contra la financiación de ETA. Sólo hay que ver las reacciones de la clase política, encabezada por los aspavientos de Pachi López (qué lejos queda su cara de pánico cuando supo que gobernaría el País Vasco con el PP).

Por eso, ETA se lanza al rescate de Rubalcaba en un compadreo imposible de ignorar. ETA monta un akelarre con Cofi Annan y Gerry Adams, al que «se suma in extremis» (en realidad, lo organiza) el PSOE. Y en el que queda claro que ETA no renuncia a ninguna de sus reivindicaciones de legitimidad moral con respecto a las víctimas del terrorismo. Y todo esto, por supuesto, en el contexto de una fecha «casualmente» elegida por Zetapé para las elecciones anticipadas, y que dice Rubalcaba que «habría elegido otra»: el 20-N.

Por supuesto que creo que todo está orquestado. Desde su obertura del 11-M hasta la tocata y fuga del 20-N. ¡Ay, Mariano, qué difícil lo tienes para no quedar mal! Inteligente jugada le ha planteado la PSOETA. A ver quién es el guapo que pone peros o condiciones a LA PAZ en período electoral, ¿verdad, Mariano?, y no quedar como un amante de la violencia ante el electorado peor preparado intelectualmente de la historia de la democracia, un electorado al que se le hace el xxxxx gaseosa con LA PAZ, ese concepto que suele cacarear más alto quien menos debería. Y si no te puedes quedar fuera de la foto, Mariano, a ver quién gobierna una España en la que hay que hacer la vista gorda con los independentistas de Vascongadas, bajo la atenta mirada lápiz en mano y molotov bajo el palestino del resto del zoo de independentistas catalanes, vascos, gallegos, indignados, quince emes, los moros por el sur, y UGT y CCOO siempre dispuestos a apuntarse a un bombardeo si el enemigo es la prosperidad, la clase media, España. Ese es el jardín en que se ha metido Mariano él solito, merced de una PAZ sacrosanta que no se cree ninguno de los mencionados, acaso ni siquiera sabemos qué coño es la coña esa de «la PAZ», ni falta que nos hace, sabiendo lo que es el respeto a la ley, el respeto a la libertad de opinión, o el respeto a la vida.

FAISÁN-COLABORACIÓN CON BANDA ARMADA

TVE y El País siguen ocultando el caso Faisán mientras magnifican los tres trajes de Camps. Público, en su guerra contra Aznar, me recuerda a esos aviadores japoneses que se quedaron aislados en la segunda guerra mundial y no se enteraron de que la guerra había terminado. ¿Qué se podía esperar? La prostituta TVE es una portavocía del gobierno. El País encubrió el 11-M. Público no es nada, nadie lo lee.

Cándido emitió casualmente hace un mes una circular en la que se afirma que para imputar por colaboración con banda armada ha de haber cierta adhesión ideológica con la banda armada. Un error y una mentira. La mentira es la propia afirmación. Lo primero, porque no se puede medir «cierto grado de adhesión ideológica», y en esa inconcreción pueden esconderse muchas mentiras. Y segundo, porque sí se puede imputar por colaboración con banda armada a cualquiera que, sin pertenecer a la banda, colabore con ella. Sólo faltaría que un colaborador de ETA no pudiese ser imputado toda vez que no declarara su filiación ideológica con la banda. Clásica basura socialista. Y un error, por otras dos razones: la primera, porque el Faisán, que es lo que impulsó a Cándido a emitir la circular, juzga actos concretos (facilitar información estratégica a ETA), de modo que en ese acto queda implícita la colaboración con ETA, más allá de la etiqueta que se le ponga. Y la segunda, porque de nuevo, la filiación ideológica socialista de los capitostes pringados establece un nexo ideológico con la socialista ETA, aunque sea como primos lejanos en plena negociación. Por tanto, nos da igual lo que diga Cándido, o lo que no diga El País o TVE. El caso Faisán no es ninguna quimera, sino la prueba fehaciente de que el gobierno y ETA son estrechos colaboradores. Y se demostrará.

Por lo demás, la ley es muy clara al respecto, y no dice nada de adhesiones. Y Cándido es fiscal, no legislador. Así que su circular carece de valor legal, más allá de alentar al incumplimiento de la ley.

COLABORACIÓN CON RUBALCABA

Presumiblemente, Rubalcaba es el autor del chivatazo a ETA en el caso Faisán. Presumiblemente puenteó al entonces ministro de Interior, Jose Antonio Alonso. Presumiblemente, Rubalcaba ha sido ministro de Interior de facto desde el principio mismo del Zapaterismo.  Y sabemos que lo del Faisán fue una prueba de buena voluntad a sus socios de ETA. Para proteger la negociación, dijo Elosúa a su cuñado en el micro que Rubalcaba olvidó sustraer. Sabemos también que Rubalcaba ha estado encubriendo extorsiones de ETA durante años. Y sabemos que Rubalcaba ha permitido que ETA vuelva a las instituciones. Tal es así que los terroristas han proclamado su victoria gracias a Pascual Sala, lacayo de Rubalcaba en el tribunal constitucional. Siempre ETA, siempre Rubalcaba.

Presumiblemente, Rubalcaba es el encubridor del 11-M, atentado que impulsó a Zapatero al poder, gracias a los reflejos de Prisa y del propio Rubalcaba. Sabemos que ni siquiera la sentencia inducida del 11-M logró relacionar el atentado con ningún grupo terrorista islámico. Y también sabemos que la fiscalía del 11-M se ponía muy nerviosa cada vez que se nombraba a ETA en el sumario, siquiera de manera tangencia, del mismo modo que sabemos que cuando Zapatero entró a gobernar, venía con un pacto con ETA que no anunció hasta bien entrada la legislatura, a pesar de que ya se fraguaba antes de las elecciones.

Por lo tanto, tenemos aquí un gobierno que pactó secretamente con ETA legalizar a ETA si llegaba al poder. Un gobierno que saboteó a jueces y usó la policía para salvar el aparato de financiación de ETA. Un gobierno que, en contra del criterio de los abogados del Estado, del dictamen del Tribunal Supremo, y de las investigaciones de la Guardia Civil, ha legalizado a ETA versión Bildu. Y resulta que quien de verdad propició todo eso, mediante un atentado, no fue ETA, sino que, según el gobierno, fue un grupo terrorista islámico. Atentado que el gobierno encubrió falseando pruebas, destruyendo pruebas y fabricando pruebas. El mismo gobierno que encubrió la extorsión de ETA y saboteó a la policía en favor de ETA. ¿No hay algo aquí que huele a chamusquina cosa mala?

Efectivamente, hay una pieza que no encaja, y es la autoría del 11-M. La sentencia está basada en pruebas falsas e inventadas, fabricadas para desviar la atención de sus verdaderos autores, de modo que para encontrar a los autores, hay que mirar en la dirección que intentaba disimular la sentencia. Puesto que los inductores de la versión oficial se ponían de los nervios (llegando a procesar a policías) cada vez que se nombraba a ETA, siquiera como sospechoso habitual, entonces la chamusquina huele a mierda. Y si no fue la ETA, entonces el siguiente de mi lista de sospechosos me lleva al principal partido beneficiado por el atentado que buscaba distorsionar las elecciones y que contó con los prodigiosos reflejos de PRISA y de Rubalcaba. Un partido que nació terrorista, y que montó un grupo terrorista en su pasado reciente, y que RuGALcaba encubrió en su momento. Y entonces ya la chamusquina huele a otra cosa.

Tendría bemoles que, del mismo modo que al asesino Capone se le logró encarcelar por evasión de impuestos, a la asesina ETA se la lograra desmantelar por colaboración con Rubalcaba, que a día de hoy ya debería ser un delito tipificado en el código penal.

PSOETA

Hoy se cumplen catorce años del vil asesinato de Miguel Ángel Blanco, y me apetece contar una anécdota. Una vez, volviendo de trabajar de Bilbao, ciudad que nos había recibido con una pintada escrita a todo lo largo de un bloque de pisos que rezaba «DE JUANA ASKATU», un simpático compañero me pidió que nos desviáramos a Ermua para entregar un recado a un amigo suyo. Cuando llegamos, paseamos un poco con el tipo y con su novia. El tiparraco, aparte de la cara de berzotas que tenía, y de la mirada aviesa con que me recibió, a pesar de que fue mi amabilidad la que le permitió recibir el recado, pues era viaje de trabajo y nada me obligaba a desviarme, no sólo me miraba mal, sino que se negó a dirigirme la palabra. Y a mi simpático compañero le pareció lo más normal del mundo. La educación según Euskal Herría, esa mentira asesina. Luego, mi simpático compañero amenizó la vuelta a la civilización contándome que Miguel Ángel Blanco era un hijoputa. Le pregunté ¿por qué? y me dijo que porque llevaba corbata. No me invento ni una coma. Miguel Ángel Blanco era un hijoputa porque llevaba corbata. Por supuesto, el simpático compañero me tuvo que aguantar el resto del viaje, en que le dije lo que pensaba yo de los paletos minipatria, y sobre todo, no ya de los terroristas, que al fin y al cabo se juegan el pellejo, sino de sus simpatizantes quiero y no puedo. Pero hablar no basta, y hoy estarán de enhorabuena, aquel paleto comunista de Ermua y la española que lo parió.

MANIFESTACIÓN CONTRA EL TERRORISMO: LA TARDE PERFECTA

Hoy amaneció bonito, pero a eso de las tres empezó a concentrarse sobre la Plaza de la República Dominicana un rebufo de viento furioso y nubes negras. Al poco, estaba oscuro, y llegaba a la intersección de Alberto Alcocer con Príncipe de Vergara una lluvia que se ha mantenido constante a lo largo de la tarde en forma de gruesos y gélidos goterones. Y ha sido mejor así. Un día tan bonito como el que había amanecido, habría sido un engañoso maquillaje, un sinsentido estético para lo que estaba ocurriendo en Madrid a pie de calle, tan lejos del cielo y tan cerca del canalla de la Moncloa, cuya traición no ha podido evitar la marea de banderas de España que iba impregnando el asfalto, primero de a poquito, y al final a borbotones.

José Francisco Alcaraz, en un guiño a los que allí estábamos a pesar del mal tiempo, ha achacado a Zapatero haber contratado la lluvia de 5 a 8. Pero era sólo eso, una broma, un guiño a los presentes. Pero yo creo que ha sido mejor así. En perfecta ilustración con lo que se estaba cociendo a ras de suelo, que es donde transitan los ciudadanos, el día se ha enlutado por la decisión injusta e impostada del traidor tribunal constitucional, que no escribiré en mayúsculas para no devaluarlas. Era el clima perfecto, a la hora perfecta. De este modo, las banderas pudieron ondear con más rabia, y los lagrimones de las víctimas traicionadas convertían el acto en otro día de los paraguas, como el 12-M. Mejor así. Si no fuera por las palabras de Alcaraz, alguno habría pensado que el clima era también parte de la organización. O, al menos, que había sido invocado por el estado de ánimo de los que allí nos concentrábamos: oscuro, lluvioso, corto de esperanza, y largo, muy largo, de mala leche. Y para confirmar tal sensación, a los pocos minutos de cerrarse el acto y disolverse la multitud, canalizado ya el cabreo que se respiraba en el ambiente, ha sido cuando ha caído el verdadero chaparrón. De tal modo, soy de los que piensan que el tiempo acompañó. Y además, perdieron la tarde los que podían haber asistido y no lo hicieron solo por darse un garbeo, así que no faltó nadie, y estuvimos los que tuvimos que estar. Los que estaremos en el futuro, acompañados de más gente cada vez, a medida que se vaya publicando lo que hace un acosador cuando el poder le da la razón. Allí estuvimos el número justo de personas que no pudimos quedarnos en casa porque nuestro sitio estaba allí, en la Plaza de la República Dominicana. Y no fuimos pocos, si tenemos en cuenta el grado de papanatismo gilipollas al que está llegando esta sociedad baturra que exige la luna sin dar nada a cambio, que recibe mierda de los políticos y en lugar de enseñar los dientes prefiere cambiar de canal. Esta tarde, España eramos nosotros, amenazados por gruesos chaparrones y negros nubarrones. Hemos fijado así la cantidad mínima de personas que asistirán a las próximas concentraciones. Un número que irá creciendo progresivamente por causa de fuerza mayor. Y además, fuimos los únicos a los que el tiempo no estropeó el sábado. La única actividad al aire libre que no quedó arruinada fue la nuestra, la de los que estuvimos. La de los que, cuando el acoso y la amenaza al demócrata se desaten, podremos decir que estuvimos, que lo vimos venir. Que sabíamos lo que estaba pasando y dijimos NO. Que no nos estafaron con la paz bastarda de los matones, una «paz» que no es tal sino sólo terror. Y que no perdimos la tarde porque necesitábamos proclamar a los cuatro vientos que Zapatero y sus «magistrados» quieren que confundamos la paz con el silencio de los corderos, cuando no es lo mismo, ni parecido, pues antes y después de las batallas más cruentas, se respira el silencio, pero no la paz. Y ahí estuvimos para decirle al socialismo que con nosotros, sus trapazas no cuelan, y que, para que la izquierda impusiera su proyecto totalitario, tendría que acabar con nosotros, y no podrá jamás, porque somos legión.

Por eso no hubo silencios en la concentración de esta tarde, aparte del minuto sobrecogedor en memoria de las víctimas. Por eso gritamos al unísono que, en nuestro nombre, NO. Para demostrarles a los matones y a sus amigos socialistas que aquí sólo callamos un minuto por las víctimas. Dejemos que la izquierda haga su minuto de silencio por Bin Laden. Que hagan su silencio por el cadáver político de Zapatero, el amigo de los terroristas. Ya veréis que ese silencio queda roto por los gritos de los asesinos que no respetan nada porque nos odian tanto como odian a su patria y a sí mismos.

Queda, pues, otra tarde para el recuerdo, la que más se recordará cuando los asesinos vuelvan a hacer lo único que saben hacer, pero ya no tengan a un presidente amigo. La que más se recordará cuando los españoles que sí se han creído la estafa de ETA, como se creyeron la estafa del 11-M, se queden con cara de gilipollas al ver lo que se ha hecho con su voto, con su apatía y con su egoismo estructural, cuando se miren las manos y tengan que ocultarlas para esconder las manchas de sangre. Cuando se miren las togas, tengan que remangárselas para ocultar el lodo del camino, y se les quede el culo al aire. Porque el lodo traerá sangre, una sangre espesa y negra que sólo podrá limpiar una lluvia como la de hoy. La lluvia de los indignados. La lluvia de los que no se dejan aplastar. La lluvia de los que aguantan.

Retroceder, nunca. Rendirse, jamás. Y viva España.

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Echa, echa un ojo, y mira un asomo de lo que te perdiste. Hay que estar. Ya me lo dirás cuando la próxima vez no te quedes en casa y experimentes la paz y el ánimo de saber que perteneces a algo por lo que merece la pena luchar.

JUSTICIA: LA MUERTE DE BIN LADEN

La justicia es una quimera. Cuando decimos impartir justicia, sólo estamos tratando de resarcir proporcionadamente una realidad fehaciemente injusta, merced del delito cometido. Así, si un señor a quien han robado el dinero se arruina, y como resultado del trauma, su matrimonio se resiente y acaba en divorcio, puede que la justicia logre retribuirle el dinero, pero no a su mujer. Si en lugar de dinero, lo que se arrebata es la vida, ¿cabe la posibilidad de impartir verdadera justicia?

La respuesta, claro, es que no. Incluso en los sistemas más draconianos, la ejecución del asesino no devuelve la vida de la víctima. Lo único justo sería que no se hubiera cometido el asesinato, porque la vida de los muertos es irrecuperable, lo mismo que la salud de los mutilados o la normalidad de los que les sobrevivieron. Pero eso es imposible, claro. De modo que, cuando se comete la injusticia, ya sólo podemos optar, con mayor o menor fortuna, a un simulacro de justicia. Porque justicia, lo que es justicia de verdad, habría que preguntar a los muertos. Y me da que conozco la respuesta.

Ben Laden mató a 3000 en las torres gemelas. Mató a otras decenas de miles, a lo largo de su carrera criminal, e inspiró las muertes de muchos más.  Inocentes. Decenas de miles de inocentes, hombres, mujeres y niños cuyas vidas fueron segadas sin posibilidad de despedirse, sin posibilidad de evitarlo. Murieron porque pasaban por allí, porque resulta más barato matar inocentes en acto terrorista que matar soldados en acto militar.

Ben Laden murió ayer. Desarmado, acorralado. Sin posibilidad de escape, sin despedidas. Muerto a tiros, como un perro. Una muerte merecida.  Y yo me alegro. Ahora bien, ¿ha sido una muerte justa? Hagamos recuento. Su muerte fue indolora, inmediata. Nada que ver con las toneladas de dolor y sufrimiento que este hijo de satanás ha administrado a inocentes a lo largo de su carrera terrorista. Para que su muerte fuera justa, tendría que morir diez mil veces. Puesto que eso es imposible, tanto como lo es devolver la vida a sus víctimas, porque sólo se muere una vez, pues entonces he de decir que la muerte a tiros de Ben Laden ha sido palmariamente injusta, por insuficiente.

Es más. Encuentro preferible que se haya resistido al cautiverio, dejando a sus enemigos la decisión de pegarle dos tiros a bocajarro. Mejor así. La otra posibilidad habría sido una terrible injusticia, porque un asesino de tal calibre, al acogerse a una justicia «garantista», sólo puede salir beneficiado, porque una justicia occidental, que hace gala de ponderación y gusta de presumir de juicios «justos», no puede dar respuesta a crímenes de semejante calibre. Demasiado dolor para administrarlo en un juicio justo, incluso sabiendo que la sentencia que le esperaba era la muerte. Porque sería la muerte después de haber tenido la oportunidad de defenderse, de dejar dicho todo lo que hubiese querido, de escupir a su victimario generando terrible dolor y violencia, y de alentar e inspirar nuevos crímenes a nuevas generaciones, tal vez más crímenes de los que nunca se atrevió a soñar. No señor. Mejor así. Con Ben Laden, un juicio justo habría sido un terrible error, y una injusticia palmaria. En un juicio justo, Ben Laden se habría reido de nosotros. De los vivos y de los muertos.

Además, poco deberían protestar sus seguidores, o los «garantistas», pues el superterrorista tuvo la oportunidad de resistirse, y eligió morir la muerte de los valientes. Después de todo, tras alentar, planear y financiar cientos de atentados suicidas, entregarse habría supuesto una infamia que le habría hecho mil veces merecedor de un tiro en el acto, por cobarde, por exigir a otros un sacrificio que él no estaba dispuesto a ofrecer. No fue así, y en ese sentido, su muerte fué honrosa. Según mi modo de ver la justicia, el destino de Ben Laden estaba sellado. Vetado a los jueces, a los abogados defensores, a los peritos, a las denuncias por tortura y a las anulaciones parciales por defectos de forma, y vetado también a su tentación última de entregarse. Ya tuvo tiempo para entregarse, y más tiempo aún de no matar a nadie. Un tiro en la cabeza era la única respuesta. Así fue, y yo me alegro. Bin Laden tuvo anoche el juicio más justo al que podía optar. Anoche se hizo justicia.

Bajémonos de las alturas de la justicia real, la justicia supuesta, y huyamos de las distancias, de las justicias extranjeras y de lejanas penas capitales que sólo pueden ya ofrecer futuribles e intangibles acerca de un Ben Laden hipotéticamente detenido y largamente juzgado. Volvamos al más acá. Volvamos a España. Al fin y al cabo, aquí tenemos «terroristas» de sobra y muertos inocentes de sobra, sin necesidad de recurrir a la importación. Pero antes de continuar, necesito reiterar la frase con la que abría el post: la justicia es una quimera. Es imposible la justicia proporcional en crímenes desproporcionados. Lo sabemos, lo entendemos, y hasta lo apoyamos, o al menos, contemplamos con resignación la imposibilidad de administrar una justicia proporcional al crimen cometido, pues la injusticia es la imposición del criminal, y de ella, una vez cometida, no podemos huir, ni conviene descender a los abismos de la miseria moral a la que, inevitablemente, los actos terroristas nos invitan. Dicho lo cual.

En España, Bin Laden habría cumplido una condena nunca superior a los treinta años. Probablemente inferior. Acogido a toda suerte de programas de «reinserción», y dependiendo de la capacidad de negociación política de sus socios en la calle, con suerte cumpliría veinte. Pero bueno, pongamos que cumple los treinta íntegros. Y pongamos, por calcular a la baja, que sólo se le hubiera juzgado por el atentado del World Trade Center. La pena le habría salido a menos de cien días por víctima. Y al salir, se le habrían permitido celebraciones yihadistas de bienvenida. Por no hablar de programas de fertilidad, y a tonificantes bis a bis, si fallaran estos, en espera de la libertad. Nada de ofrecer resistencia, nada de matar o morir. Sólo matar, y esperar condena como si fuera un derecho inalienable. ¿Ven por dónde voy?

Cuánto más preferible habría sido que más de uno, más de dos y más de tres etarras que yo me sé, se hubieran resistido a su captura, como hizo el valiente, a la postre, Ben Laden. Los etarras, mucho más cobardes que éste, se entregan cuando ven que les van a pillar. Se mean en los pantalones cuando la Guardia Civil les encañona al darles el alto. Y denuncian pupitas, los nenazas, en vez de resistirse y morir como valientes, o al menos aguantar estóicamente la mano de hostias que suele caer a cualquier preso común cuando ofrece resistencia, y que, para crímenes terroristas, en otras latitudes, y con terroristas de verdad, se paga con plomo a bocajarro. En cambio, estas nenazas de calzón amarillo, lejos de aceptar una miniatura de lo que ellos mismos administraron a hombres, mujeres y niños, exigen un trato exquisito que la «justicia» española reserva sólo a las peores bestias que genera nuestra sociedad.

No caerá esa breva. Aquí no se resisten. Aquí tenemos montada una infraestructura del mimito al etarra, por lo que somos su hazmerreír, primero, y del mundo, después. Y cuando a estos perroflautas, que no llegan ni a terroristas, sino a tristes Sopranos de chapela, les llega el momento de resistirse y morir por sus ideas, en lugar de eso se arrodillan con las manos a la cabeza y esperan a que la justicia española, acomplejada, jiliprogre y fatua, les ponga a huevo la huida, el ayuntamiento, o incluso una calle con su nombre. No, estos no llegan ni a terroristas. Bin Laden sí ha muerto como un terrorista consecuente con sus ideas. La meta de los nuestros no es morir matando, qué va, lo de los etarras es recibir una subvención de ese sistema que dicen combatir. La mafia vasca convierte el terrorismo en todo un grado, porque ellos no llegan ni a terroristas de verdad. Goleadores del sistema, todo lo más. Y ese plus de abyección por falta de consecuencia debería jugar en su contra en un sistema judicial sano, pues sería la garantía de que fuera cual fuese la pena que se les impusiera, se estaría quedando corta, dando a los jueces la tranquilidad de no estar siendo desproporcionados al hacer caer sobre los asesinos todo el peso de la ley, aunque sólo sea porque esa falta de fanatismo se traduzca en fría alevosía de estratega calculador, nada de oraciones, nada de miradas perdidas, nada de huríes, nada de fanatismo: un detonador, un ejemplar del código penal, una calculadora y el teléfono de un abogado, y quién sabe si el del ministro de interior.

Cuánto más preferible sería lo otro, ¿que no? Un poco de consecuencia terrorista, más proclive a la justicia express que los lloriqueos de estas nenazas…

REPORTE DOS DE MAYO: MEJOR…¡IMPOSIBLE!

Confluyen tres grandes noticias en este día en que se celebra la capacidad de resistencia del pueblo español ante la tiranía de los malvados.

DOS DE MAYO REGIONAL: ESPERANZA AGUIRRE VUELVE A SUBIR EN INTENCIÓN DE VOTO. En sí no es una noticia, pues sólo confirma lo que venían indicando las tendencias. Pero siempre es un alivio que la ceguera del ciudadano común sólo se da cuando se ve abrumado por una información engañosa que tapa los actos viles de los políticos ineficaces de verbo intangible y modales chulescos. Cuando por el contrario, tenemos una Esperanza Aguirre cuyas políticas son coherentes con sus palabras, y teniendo en cuenta la sensatez de sus palabras, pues la verdad, no nos sorprende que la Presidente vaya a revalidar mayoría absoluta, y con creces. Pero ya digo, siempre es un alivio. Y además, un gustazo, pues Esperanza Aguirre, la que más ha hecho por sus conciudadanos en materia de trabajo, impuestos, sanidad y educación, es también la que ha concentrado las iras de una izquierda podrida, corrupta, apesebrada e intolerante, que no soporta que los ciudadanos elijan lo que más les conviene, y que procuran deslegitimarnos cada vez que pueden.

Porque, que nadie se lleve a engaño, deslegitimar a Esperanza por no ser de izquierdas es sólo la mitad del camino. Deslegitimar a una Presidente de mayoría absoluta es deslegitimar a quien la ha votado. Así que, cuando los ladrones de UGT, CCOO y PSOE intentan deslegitimar a Esperanza, lo que hacen de tapadillo es deslegitimarnos a nosotros. Lo que por otro lado, no nos extraña, porque Esperanza no se pliega a la supuesta superioridad moral cuyo monopolio la izquierda se arroga, y eso, los que estamos a su cargo, lo sabemos de sobra.

Nos quedamos, pues, con la patética imágen de la celebración sindical del Día del Trabajador, que para más coña se celebra en domingo, y que, de haberse celebrado en martes, de seguro habría concentrado a unos pocos cientos más. Pero ya se ve que los liberados sindicales perdonan un martes de currele, pero no un domingo de asueto. Así les va en las encuestas y en la vida.

2 DE MAYO NACIONAL: EL TRIBUNAL SUPREMO DEJA A BILDU ÍNTEGRAMENTE FUERA DE LAS LISTAS: Nos encanta equivocarnos, si nuestro error trae mieles de semejante calidad. Habíamos vaticinado masajitos judiciales a bildu, pero en cambio el masaje ha sido de esos de crujirle las articulaciones al cliente. Diríase que el masaje a bildu se lo ha dado Steven Seagal. Bravo por Steven. Estamos seguros de que a Otegui se le habrá congelado en mueca idiota esa sonrisa que lucía cuando celebraba telefónicamente con su mujer el golazo a las instituciones, que parecía cantado, y que afortunadamente se ha quedado en ¡uy! Bravo por el TS, pardiez.

Enhorabuena a todos, señores, porque esta es la gran noticia del día, del mes y del año. Parece que el gobierno filoetarra ha visto las orejas a Jaime, y sobre todo, las banderas a Francisco José. Dicho de otro modo, lo Alcaraz no quita lo Mayor, aunque el socialismo pretenda olvidar lo Tomás y Valiente.

El pasamontañas ya no vende, y han cesado las presiones a los jueces por parte del gobierno, dejándoles hacer su trabajo por una vez. Esto es todo un triunfo, porque en el dogma socialista, el poder judicial no es independiente. Zapatero se está quedando sin frentes, y ve cómo su final comprado a la amenaza terrorista se queda sin electores. La mala noticia es que ETA va a matar en cualquier momento. Pero en fin, esa es su naturaleza, y la solución de Zapatero era peor que la enfermedad. No queda otra que esperar, reactivar la lucha antiterrorista en el terreno de las ideas, esto es, encerrando a los asesinos, y rezar lo que sepamos.

Y por cierto, quemada ya la agenda socialista por todos sus flecos, no vemos la necesidad de aguantar un año muerto y un gobierno muerto hasta las elecciones. Adelantadas ya, por favor. Ojalá que El Siniestro, ese que amenazaba con retirar apoyo al gobierno si ETA no llegaba a los ayuntamientos, cumpla, por una vez, su palabra. Íñigo Urkullu, te tomamos la palabra. A ver si haces algo útil por una vez. (Útil para España, para variar, no útil para vuestras cuentas corrientes, se entiende)

Otro detalle. Toda una suerte para Zapatero, lo del Supremo, pues hoy nuestro presidente se ha lanzado al teléfono para felicitar a Obama por la caza y muerte de Ben Laden. ¿Con qué cara, si no, podría felicitar a Obama mientras aquí les hacía la camita a sus amigos los terroristas buenos? Pero bueno, no hablemos de petimetres en un día tan importante. Pasemos a la noticia internacional.

2 DE MAYO INTERNACIONAL: EL EJÉRCITO DE EEUU DA CAZA A OSAMA BEN LADEN:  En estos días en que abundan, acá en cutrespaña y allende los mares, los speaches progres en plan «Yo nunca iría a la guerra por mi país», hemos de celebrar por partida doble este tipo de afirmaciones.

Primero, porque siempre está bien que no quieran defendernos los faltos de carácter, los que desayunan vinagre por las mañanas para parecerse a su primo el conde Drácula. Yo me siento más seguro si estos mal llamados sangrehorchatas (mal llamados, insisto, pues la horchata es dulce a la par que refrescante, y lo que desayunan estas criaturitas es más agrio, a juzgar por sus expresiones) no van a defendernos. Así todo irá mejor. Porque el que no se sacrificaría por su país es porque no mataría o moriría por su mujer, ni por su familia, ni por sus vecinos ni por sus libertades que, muchas o pocas, otros cayeron para que las disfrutáramos. El que no ama a su país sólo ama lo que no es suyo. Lo que es suyo, lo desprecia. Y sujetos así, mejor que no los reclutemos. Que se aparten del camino y se escondan detrás de los que sí pelean por su país.

Y segundo, porque estos pijoprogres sin dignidad y sin coraje en sus avinagradas venas pero con una escoba bien hincada en sus estirados culos, son minoría absoluta, y hoy, minoría absolutista en occidente. Pero minoría. De otro modo, no habría caído por fin el mayor terrorista de nuestro tiempo. Todo demócrata ha de estar de enhorabuena, porque ha muerto un tipo que nos quería a todos muertos o acojonados. Enhorabuena a todos, en especial a los que sí pelearían por su país, y muy en especial, a los Estados Unidos de América, que hoy han hecho del mundo un lugar más seguro.

Además, hoy los USA se han quitado una grandísima espina que tenían clavada desde aquel fatídico 11-S que inauguró la era del terror a nivel mundial. Y yo me alegro por ellos. Bin Laden ha sido detectado, cercado y dado muerte en una batalla que a durado 45 minutos y que ha terminado con Osama muerto a tiros, como merecía. Ojalá que nosotros pudiéramos resarcirnos de nuestro 11-M y dar caza a quien lo planeó. Pero aunque por el momento aquí está ganando el gobierno encubridor, hoy ha muerto un gran enemigo nuestro, y el mayor aliado de la claudicadora Alianza de Civilizaciones.

Por tanto, tres de tres, amigos. El 2 de Mayo, que conmemora el día en que pusimos en ridículo a nuestros invasores y a nuestros señores, ha sido un día malísimo para los totalitarios, y espléndido para todos los demás. Enhorabuena.