Podemos es una exitosa fórmula de fracaso. El fracaso de Podemos viene implícito en su agenda oculta, su secreto peor guardado: su ADN comunista. Extrema izquierda, compadreo con ETA, socialismo duro, recorte masivo de libertades, que se traduce siempre en miseria, escasez y persecución del individuo. Véase cualquier ejemplo histórico sin excepción, prestando especial atención al régimen venezolano, cuyo gobierno, asesorado por las élites de Podemos, ha llevado a su nación la escasez de productos de primera necesidad. Especialmente sangrante es la escasez de papel, siendo Venezuela el principal productor de papel del mundo. El éxito electoral de Podemos reside en ocultar su socialismo duro, disfrazándolo de justa indignación ciudadana (esa palabra). Sólo así podrá superar el techo de votos natural de cualquier partido de extrema izquierda: atrayendo al votante despistado que jamás votaría a amigos de ETA; o directamente atrayendo al tonto del culo, que compra discursos fáciles sin entrar en detalles. Y el diablo está en los detalles.
Tomemos el programa de Podemos para la campaña Europea. En él hay dos ejemplos que, contrapuestos, nos dan la medida exacta de qué es Podemos, más allá de las coletas y las poses informales de El Tuerka, su Querido Líder.
Ejemplo 1: Políticas de protección a homosexuales.
Dejando aparte la obvia discriminación al varón heterosexual, que como todos sabemos, es el origen de todo mal, y dejando aparte también el hecho de que nuestra legislación ya garantiza el derecho a «la seguridad y la vida libre de violencia» a todo ser humano sin distinción, centrémonos en que son sólo una excusa para el verdadero centro del epígrafe: «Un sistema jurídico de garantías que intervenga tanto en el ámbito público como en el privado». Se traduce en un sistema jurídico que penalice cualquier actitud, contraria a la norma, que uno tenga en el ámbito de su privacidad. Cualquier gesto o comentario que hagas, intrépido lector, delante de la televisión, o tomando algo con los amigos, o en familia, será punible, constitutivo de delito, si se sale de la normativa impuesta. Nótese además que ese sistema jurídico del que habla Podemos no estaría circunscrito al ámbito de la opción sexual, sino a cualquier otro ámbito («a través de un sistema jurídico que…»). Y es ahí, camuflado entre las palabras «libertades», «garantías», o «derechos», donde se encuentra el objeto más peligroso de todo el programa implícito de Podemos: su intención de ideologizar por ley nuestra vida privada. Detalles.
Ejemplo 2: Políticas antiterroristas.
Obviamente, Podemos no está contento con la política antiterrorista que tenemos en España. La encuentra demasiado dura con los terroristas. ¿Por qué? Porque Podemos comparte ideario con ETA, algo que ha quedado sobradamente demostrado por testimonios de los propios alumnos y compañeros de Iglesias y Monedero, por los múltiples vídeos que corren por la red con Pablo Iglesias dando charlas codo con codo con conocidos abertzales, o en sus propios programas de televisión minoritaria, La Tuerka y después Fort Apache, hablando con simpatía de ETA y de su causa. Sin embargo, con todo lo que habla, cuando llega el momento de poner su mensaje al alcance de un público masivo, Pablo Iglesias se cuida mucho de decir en las tertulias esa parte de su discurso. Y si se fija el espectador que se somete voluntariamente a semejante tormento (yo lo hago a veces), verá que toda la flema y serenidad del coleta se torna agresividad e insulto cuando le sacan el tema de su simpatía por ETA, lo mismo que cuando le vinculan con el régimen chavista. No desmiente, no explica: niega e insulta. Lo más llamativo es que suele ser el moderador quien le rescata del embrollo cambiando de tema, interrumpiendo al tertuliano que saque el asunto, o incluso cortándolo directamente. ¿Por qué? Porque no quiere que el votante despistado se entere de que Pablo Iglesias simpatiza con ETA y con el chavismo. Detalles.
Finalmente, establezcamos una comparación entre los dos textos reseñados. Para «proteger» al homosexual y a «la mujer», Pablo Iglesias no duda en intervenir la privacidad del individuo. Sin embargo, en materia antiterrorista, Pablo Iglesias se muestra mucho más comprensivo, y propone «no vulnerar el derecho a la libertad de expresión». Juntando ambas propuestas, quedaría el derecho a la protesta circunscrito solamente a aquellas ideas que el gobierno marcase como correctas. Considera Iglesias que hay que invadir la privacidad de un señor que diga en su casa que «telecinco es un nido de maricones», pero no la libertad de un señor que diga públicamente que matar está bien si es por la causa correcta.