Rafael García Fernández, RAFITA (III) DE NUEVO EN MADRID

Quédense con esta cara. Rafita ha vuelto.

Ya lo imaginábamos ayer, al escribir la entrada «Rafita II». Y es que, si éste asesino impune está en paradero desconocido, lo más lógico es pensar que ha vuelto a su entorno. Si ésto es así, Rafael García Fernández, «EL RAFITA», ha vuelto a Madrid. Si éstas suposiciones son ciertas, María del Mar Bermúdez, mamá de Sandra Palo, y principal ariete por la reforma de la ley del menor, corre peligro.

Se presume que está en la Cañada Real Galiana, pues muchos de los integrantes de su clan han ido emigrando allí. Sin embargo, la policía no ha ofrecido protección a la familia Palo, que ha tenido que pedirla por iniciativa propia. Ni siquiera nos sorprende la indolencia institucional.

Para colmo, la ley protege el rostro de Rafael García, de manera que la familia Palo ni siquiera conoce su rostro, porque el tal García puede conocer perfectamente el domicilio de María del Mar Bermúdez y su marido Fernando Palo, y estos están incapacitados para conocer siquiera el rostro de una amenaza potencial clarísima.

Y ahora, nos enteramos de que la policía lo tiene en busca y captura desde hace meses, y que este dato no se había comunicado a la familia. Ni a los medios, cuando indagaron. ¿Pero aquí alguien hace su trabajo? ¿Está la justicia esperando que éste tipo mate a alguien? ¿Dónde está la bondad de un sistema que protege a Rafael García Fernández, para que no sepamos su cara?

La familia Palo está expuesta, y Rafita está oculto. La imagen que ofrecemos levantó gran indignación entre la izquierda por semejante vulneración de los derechos del menor. Sin embargo, la madre de Sandra Palo es un personaje público, y la conoce todo el barrio, y la policía no había tenido ni siquiera la deferencia de comunicar la noticia a ésta pobre gente, no ya protegerles de oficio, como creía yo que es su obligación.

Ya denunciaba Maria del Mar que la libertad vigilada de Rafael García no era tal, y que estaba en libertad de facto. Después, robó, y se escapó. Y ahora, lo que venga. Pero que lo sepa todo Madrid, y en especial el eje Getafe-San Martín de la Vega. La justicia ha soltado a Rafita García, que ha vuelto a casa.

Era lógico, por otro lado, pensar que éste cazurro sanguinario, que está orgulloso de su crimen, estuviera harto del anonimato que la justicia extiende a su alrededor para protegerle, quisiera volver a su entorno, donde sí le conocen. A ser un héroe.

Nos vienen a la cabeza las líneas que escribimos en la entrada sobre la corrupción social generalizada en el caso Marta del Castillo. Aquí ocurre lo mismo. Una familia de bien, una familia normal, modélica, sobre la que se ceba la miseria moral desde todos los ángulos.

Nuestro apoyo siempre por ésta mujer admirable, que está sufriendo por proteger las vidas de todos nosotros.

El márketing del estado no los cubre, ¿eh, Zapatero?¿Dónde estás, Aído? Éste tipo se jacta de haber violado, atropellado, quemado y abandonado, aún con vida, a una chica indefensa.

Pero claro, Sandrita Palo era deficiente. Y ya sabemos que para Zapatero y Aído, matar a un feto deficiente es un DERECHO. Para Zapatero, Rafita ha cumplido una función social tardía. No, vuestro márketing de estado no cubre a Sandra Palo.

¿Qué, Aído? ¿No hay machismo ahí? ¿No hay un tipo que presume de haber intimidado, violado y dado muerte a una chica indefensa? Pues te voy a contar qué pasó. Pues resulta que cuatro delincuentes comunes que acumulaban más de 700 denuncias por diferentes delitos, andaban de juerga con el coche, volviendo, como cubas, de las fiestas de San Isidro. Malaguita, el conductor,  la vió en la parada y dijo que quería «enrollarse con ella».

Poco importa, a efectos de violencia de género, Aído, que Rafita y sus amigos secuestraran en coche a Sandra y a un amigo, cuando ambos esperaban el autobús tras salir de la berbena de las Vistillas. Soltaron al chico, aterrado. A ella se la llevaron a un descampado, cerca de la Plaza Elíptica.

La violaron repetidas veces. Mientras unos sujetaban, otro consumaba la violación. Cuando se cansaron, subieron al coche y el conductor la atropelló, estampándola contra una pared, y embistiendola repetidas veces. «Nos quedamos flipaos», declararon después Rafita y Ramón, los dos más jóvenes. Era la noche más divertida de sus vidas. La gran juerga.

Pocos días después, Rafael es detenido. Varios testigos informan que se está jactando en público, con la noticia en la calle, de lo que le hicieron a la niña.

Para él, y el resto, «enrollarse con ella» significaba secuestrarla, violarla, matarla después, no vaya a molestar luego denunciándoles. La matamos y ya está. Nos quedamos flipaos, dice Rafita. Como si estuvieran viendo una película en 3d. Pero, para Aído y Zapatero, no hay violencia de género ahí, ni alejamiento, ni nada.

El marketing de Zetapé no cubre a Sandra Palo. Qué lástima que Rafael García no se encontrara aquel día a vuestras hijas, señores del gobierno, flacas o gordas, románicas o góticas, minusválidas o no, qué lástima que aquel día Rafita y sus amigos no se encontraran con ellas, en lugar de con Sandra Palo, y decidieran «enrollarse con ellas». Qué puta lástima.

RAFAEL GARCÍA FERNÁNDEZ, «EL RAFITA», REINCIDENTE

Recordar el asesinato de Sandra Palo siempre me produce gran desasosiego. En su momento, estuve bastante al tanto de las noticias que generó. Sin embargo, con el tiempo, el seguimiento del juicio degeneró en el ya habitual espectáculo de defensa de los derechos del culpable, causando el desespero y el cabreo del espectador. No obstante, y gracias al tesón de la mamá de Sandra Palo, el seguimiento mediático de las andanzas de el Rafita continuó. Vimos cómo, al cumplir los cuatro años de internamiento, los expertos asignados aseguraron que éste indivíduo no estaba reinsertado. Llegaba a jactarse de sus acciones. Vimos a Mari Mar Bermúdez, una mujer de fuerza extraordinaria, pidiendo por activa y por pasiva que no saliera éste indivíduo. Y aún así, salió a la calle.

El rostro de la desesperación

Rafita tenía catorce años en el momento del crimen. Salió en libertad vigilada hace ya dos, con diecisiete.

Los otros tres condenados fueron:

Juan Ramón Manzano Manzano, «Ramoncín» se acogió a la Ley del Menor: 8 años de internamiento en centro de menores. Acogiéndose a programas, debe de estar al salir.

Ramón Santiago Jiménez, misma situación. Ambos tenían diecisiete años cuando cometieron el crimen.

Francisco Javier Astorga Luque, «El Malaguita», el único mayor de edad, sobre quien recayó el grueso de la condena, 64 años. Se casó en prisión hace dos.

Conviene recordar que sustituir nombres por siglas sirve para proteger a la persona. Sin embargo, en el caso de Sandra Palo, a los agresores se les protege detrás de sus iniciales, como puede fácilmente comprobar el lector. Sólo Libertad Digital, y más tarde ABC, incluyen el nombre y apellidos de los asesinos violadores, mientras que el de la niña Sandra Palo y el de Mari Mar Bermúdez, su madre, que tiene que asistir periódicamente para ser testigo de  cómo éstos criminales eluden sus responsabilidades y se ríen de ella, de la justicia, de usted y de mí.

Rafael García Fernández, alias Rafita, tenía catorce cuando cometió el crimen, en 2003. Acogido a la Ley del Menor, fue condenado a cuatro años de internamiento en un centro de menores, y a tres de libertad vigilada. Lleva ya dos años de esa libertad vigilada.

A Rafael García Fernández, alias el Rafita, le fue facilitado un piso y un trabajo. La prensa no tardó en encontrarle, y se pudo publicar un vídeo en el que la redactora charlaba con él en la calle. Todos pudimos ver el rostro de El Rafita. Casi llega a presumir ante la cámara, y se puede detectar sin dificultad que Rafael García Fernández, alias El Rafita, está deseando decirle a una chica que es un asesino convicto. Y no es de extrañar. Cuando aún no había sido detenido por el crimen de Sandra Palo, él mismo iba soltando aquí y allá lo que habían hecho, lo que puso en la pista a los policías que investigaban el caso, provocando una pronta detención, pues dio detalles muy precisos. Por supuesto, la fiscalía se puso en marcha y retiró el vídeo de la web del canal que lo emitió, y yo aún no lo he encontrado, aunque sé que anda por ahí. Sí lo vimos en su momento. Hemos querido recuperar una captura de la imagen más reciente de éste malnacido, por si un día lo reconocen entre las amistades de su hijo, o viviendo en el piso de enfrente.

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Rafael García Fernández, alias El Rafita

Fue visto hace pocos días en un centro comercial de Córdoba, y grabado por la televisión local realizando una recarga de móvil prepago. Después, el equipo que le localizó contactó telefónicamente con él. Se cree que está alojado en un centro de acogida en Córdoba. No es su primera vivienda, tuvo que abandonar la anterior cuando los vecinos supieron de quién se trataba. Nadie quiere ser vecino de un asesino violador a quien la ley protege y financia, que presume de lo que hizo y que no ha recibido castigo ninguno por aquello. Conviene recordar que, antes del crimen, él y sus compinches estaban perfectamente localizados y acumulaban más de cuatrocientas denuncias telefónicas por todo tipo de delitos.

Y ahora, Rafael García Fernández, alias El Rafita, ha vuelto a las andadas, y ha sido detenido por entrar en la casa de una mujer y robar varias pertenencias, como un ordenador portátil. Hasta que no le metan en la carcel y tiren la llave, éste tipo siempre va a ser noticia. Parece que la libertad vigilada no lo era tanto, como bien añade Mari Mar Bermúdez. Éste asesino ya campaba a sus anchas a falta de un año de cumplir su ínfima, inexistente, condena.

Por suerte, el crimen es menor. Pero, ¿y si no hubiera sido un portátil? ¿Y si éste Rafita hubiera violado y matado a esta mujer? ¿Se comería toda su condena, o una parte de esa condena iría a quien, contra el criterio de los expertos asignados, sacó a la calle a uno de los asesinos de Sandra Palo? Mucho nos tememos que, ni una cosa, ni la otra.

Por esa razón nadie quiere ser vecino de semejante escoria: porque no ha cumplido condena, y cualquier día repite, en versión mejorada, su crimen. Porque el criminal que persiste en su actitud se perfecciona para ahorrarse el trámite del juicio.

Mari Mar Bermúdez pidió por activa y por pasiva una reforma de la Ley del Menor, y fue instada a recoger medio millón de firmas. Recogió un millón de ellas y no se la hizo caso. Se reformó la ley sin apoyo del PP y sin tener en cuenta a Mari Mar Bermúdez.

Hoy, ésta mujer admirable y fuerte ha sido recibida en Estrasburgo por el presidente de la Unión Europea, Hans Gert Pettering, que ha prometido una homologación de la Ley del Menor. Ha sido un día de gran alivio para Mari Mar Bermúdez, y La Ciudad en Llamas comparte y celebra su alivio, pero recordando que el año que viene, Zetapé estará al frente del Parlamento Europeo, mucho nos tememos que su batalla no ha terminado.

También en LaCiudadenLlamas: Rafita (II) Paradero Desconocido, Rafita (III) Libre en Madrid y Rafita (0) Orígenes

Actualidad y Links

ABC Córdoba-El RAFITA: \»Fue un problemilla\»

El Periódico Mediterráneo: Mari Mar Bermúdez en Estrasburgo

Libertad Digital: Detienen a Rafael García Fernández, el Rafita

Libertad Digital: \»La libertad vigilada no existe\»

Libertad Digital: Mayor Oreja, con Mari Mar Bermúdez

Libertad Digital-Alegato de la fiscalía

Descripción de los hechos