Sindicatos, arenques y pollas de agua

La pinza ZP/sindicatos sabotean la cena que habían urdido para escenificar todo lo contrario. La versión del Gobierno es que la CEOE no se aviene a razones. Una vez más, el ZP más ladino nos recuerda la noticia falsa que sembró personalmente por los periódicos en la negra jornada del 11-M, o el ZP que comparó en el Congreso las informaciones no oficiales acerca del 11-M con el mito de que Elvis está vivo.

Zapatero se la ha jugado bien a la CEOE. Los ha ablandado con una cena antes de vacaciones. Pero en cuanto la CEOE ha expuesto su visión de la situación, Zapatero ha dado por terminado el diálogo, por considerar inaceptables los términos de la CEOE. Zapatero, fiel a sus principios y a sus actos, lejos queda ya la careta de tipo razonable que algunos quisimos ver, dijo que no se sentaría a negociar con quien pida flexibilizar el empleo. Y así lo ha hecho, voceando un despido libre con el que ZP bautiza la flexibilización del empleo.

También había dicho éste ZP que se comprometía a salir del diálogo social con una salida pactada. Esa promesa no la ha cumplido. Y ni siquiera ha sido porque los sindicatos y los empresarios no se hayan puesto de acuerdo. Es el propio Zapatero quien ha zanjado la historia con una zapatiesta y un decretazo tirando de chequera pública. Esto es así porque puede y porque sí, y la pelota es suya y aquí se hace lo que él diga. Y además le apoyan cuatro amiguetes suyos: CiU y secuaces, Izquierda Unida/Los Verdes (este /los verdes nos está costando un cojón de pato en luz, aparte de otros desmanes peores que vendrán en el futuro), el PP, amiguete en la sombra que por no sacrificar su poquito poder en las Vascongadas se ha abstenido de rechazar lo que la propia cúpula central tilda de disparate de consecuencias catastróficas. Y los sindicatos de izquierda, CCOO y UGT, que solían ser los reivindicativos, han pasado a observar la escena impertérritos y encantados. Ellos manejan la situación. Ellos proveen votos. Dame más funcionarios, te doy más votantes. Por eso, es el propio ZP el que ha hecho de matone. Los padrinos han pasado a ser otros.

Mi humilde opinión como ciudadano es la siguiente: en un caso como éste, es obligación de ZP sentar a las partes a dialogar. Si alguna de las partes se cierra en banda, es la obligación de ZP el tratar de llamar al orden a las partes, para poder salir de la reunión con una solución pactada. Él mismo se comprometió verbalmente, como si el puesto no se lo exigiera.

Si en el peor de los casos, alguno de los interlocutores rompe el acuerdo y se va sin negociar, ZP tendría alguna justificación pública para imponer un decreto (que no cualquier decreto) tirando de sus socios. Hasta aquí lo que tendría que ser.

En este caso, sin embargo, ha sido el propio ZP quien ha roto el diálogo, considerando inaceptables los términos de una de las partes. Lo ha hecho, además, escenificando una cena de carácter conciliador, una mesa de la que levantarse por ver ultrajadas sus convicciones sindicales, cuando su deber era el de callar y dejar hablar a las partes.

Dicho en llano, el árbitro es también socio declarado de uno de los dos equipos. De los sindicatos. Éste árbitro ZP suspende el partido minutos antes de terminar, y luego, en el acta, pone un tres a cero a favor del equipo local, los sindicatos, aduciendo, indignado, que la CEOE venía con la intención de marcar un diez a cero, si podía.

Por supuesto que todo es por los votos, y por eso en éste caso il matone ha sido Zapatero. Maniatado por los sindicatos, se ha convertido en el pitbull de UGT/CCOO, los nuevos dueños de la pelota, y que han presenciado la escena sin salpicarse ni los bajos de los pantalones. Es lógico. Es ZP quien les necesita (y les paga bien) para poder seguir con su política del catacroquer a corto o medio plazo. Son los sindicatos quienes controlan el empleo público, y en cuyas web puedes leer animaciones flash que rezan lemas como «todo derecho es sólo el primer paso para la obtención del siguiente». En una sociedad cuyo funcionariado es uno de los más voluminosos del mundo, en peso y en proporción, Zapatero y los sindicatos han decretado un carísimo y tumoral aumento del empleo público, inutilizando a los empresarios en su deseo de emplear a la gente. La única alternativa al paro es, pues, el empleo público. Chupar de la teta del estado. Así necesita, cree y anhela ZP, el presidente rojo, a su país. Una sociedad arbitrada desde casa, un partido amañado desde el principio.

El plan de Zapatero puede surtir efecto, pues a más empleo público, tirando de chequera, más votos favorables. Ésto genera más paro en lo privado. Para cubrir ése margen de voto del parado, le alarga medio año el subsidio de desempleo, tirando de chequera. siempre que la chequera no se agote, parece un método infalible. Nada democrático, pero infalible. Sin embargo, la chequera se ha acabado hace tiempo, y ZP está jugando una peligrosa política de hechos consumados, pues para asegurar todo ese dineral, tendrá que asfixiarnos a impuestos más de lo que ya estamos, en espera de tiempos de bonanza, que llegarán, o no, dependiendo de lo que hagamos a partir de hoy. Por eso ésta reunión era tan importante. Porque hipoteca el futuro de España al albur de lo que quieran unos pocos.

Ante el flagrante sabotaje de la cena de marras, lo lógico será que las urnas se decanten por PP o UPyD. Para neutralizar ése fenómeno, ZP tendrá que radicalizar el mensaje, yencontrará a quién culpar de sabotaje. Y éste es el tipo que dice lo de Elvis y el 11-M. Miedo me da.

Pero a él no. Le da más miedo enfrentarse al NO de sus socios que al colapso de una nación. Y una vez más ha demostrado tener cintura al ser él quien dé vuelta a la mesa. Si no lo hubiera hecho, no hubiera quedado más remedio que negociar, y como CCOO había anunciado, cualquier flexibilización del empleo tendría como respuesta, textualmente, la huelga general. Y si los empresarios hubieran sido listos, se hubieran sumado a esa huelga general, y entre sindicatos y CEOE, ZP quedaría arrinconado. Por eso, también, la mesa se ha convocado en período vacacional. Éstas jugadas, cuanto menos se comenten, mejor.

Una vez más queda en evidencia el hecho de que ZP sólo es una marioneta manejada por cuatro capos. De ahí la improvisación y el espasmo al que nos tiene acostumbrados. Una marioneta orgullosa de sus amos. Un payaso con público paniaguado, público que ríe a la orden en espera de un cheque y un empleo público. Una otaria que ve premiadas sus piruetas aprendidas con votos en lugar de arenques.

Y en éstas, ZP vuela para irse de vacaciones a Doñana. Allí, rodeado de alondras, perdices, patos mandarines, flamencos rosas, garcetas, somormujos, cuclillos, alcaudones, rabilargos, pollas de agua, abejarucos, alcaudones, quebrantahuesos, buitres leonados, aguilillas, autillos, correlimos, abubillas, piquituertos y cigüeñas negras pasa sus vacaciones con la sensación del deber cumplido, rodeado de aves, es sólo otro pájaro en libertad. Hasta el halcón está en nómina.