PROHIBIDA LA PATOCHADA ATEA DEL JUEVES SANTO, Y DENUNCIADA POR INCITACIÓN AL GENOCIDIO

La recogida de firmas contra la procesión atea ha sido un éxito, y la nueva Delegada de Gobierno ha accedido a prohibir el ofensivo acto, reventando nuestro pronóstico. Con noticias como esta, es un placer equivocarse.

Felicitamos a D. Ignacio Arsuaga, de HazteOir, como promotor de la recogida de las 100.000 firmas que han sido necesarias. Recibimos la noticia con gran satisfacción y orgullo, porque cuando llegaron al correo las grabaciones en radio de los convocantes, ni corto ni perezoso me imprimí unos cuantos documentos de recogida de firmas y me eché a la calle boli en mano, comprobando con sorpresa que TODOS mis vecinos, menos un vinagre, accedieron con entusiasmo a estampar su firma. Es difícil encontrar semejante unanimidad. Así que sí, he comprobado cómo es posible, poniendo un poquito de nuestra parte, cambiar las cosas.

Y después del paradón de HazteOir, viene el contraataque. Don Ignacio Arsuaga ha presentado una querella contra los convocantes y contra los difusores del engendro ateo proyectado para el Jueves Santo, fundamentada entre otros en el artículo 525 del Código Penal, que reprodujimos en el anterior post, ¿qué dice la ley…?. Es de recibo que esta querella sea admitida, para que no cunda el mal ejemplo de las procesiones ateas, el último invento de quienes se empeñan en dinamitar la convivencia para dar salida a sus sentimientos socialistas y totalitarios. Ahora que parece que los jueces le han perdido el miedo al Gobierno, la moneda parece que va a salir «cruz». Pero me voy a evitar hacer pronósticos, porque esto es la España socialista y la justicia está como para hacer pronósticos, ¿sabes? Limitémonos a celebrar que por ahora que le hemos dado en todos los morros a los bocazas antidemocráticos, y a desear con todas nuestras fuerzas que el juez no se lave las manos ni decida dejar la cosa en tablas. Está en juego la convivencia, está en juego la libertad. Gracias, Don Ignacio, y que siga el buen trabajo.

Ah, y saludos a Antónimo.

Haga clic aquí para leer la querella.

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