¡ÁNIMO, ESPERANZA!

Esperanza Aguirre pertenece a esa rara especie de político que procura servir al ciudadano, y no al contrario. La última muestra la hemos tenido hace apenas una semana, cuando ha dado luz verde a las oposiciones de maestro en la comunidad de Madrid, para disgusto del Gobierno, que como todo el mundo sabe, procura tenernos parados, míseros y viviendo del Estado.

La prueba del nueve, por supuesto, es la fobia aguda crónica que Esperanza Aguirre despierta entre los sectores de la izquierda más furibunda.

Acabo de enterarme de que a Esperanza Aguirre le ha sido diagnosticado un cáncer de mama. Por suerte, el tumor no está en fase avanzada, y Esperanza va a ser operada sin tardanza. Desde La Ciudad en Llamas deseamos a nuestra presidenta favorita una pronta recuperación.

Imagino que más de un cabrón habrá celebrado y hecho chistes con la noticia. Malnacidos los ha habido siempre y siempre los habrá. Pero no son mayoría, y Esperanza cuenta con los afectos y los ánimos de casi todos nosotros.

No es que estas cosas sólo les pasen a los buenos, es que lo sentimos más cuando les pasa a los buenos. Hace ya tiempo que comprendí que nadie es imprescindible en esta vida, pero algunos son irreemplazables: Esperanza es una de esas personas. Y en esta España en la que, por haber depositado en los políticos todas nuestras responsabilidades, inevitablemente hemos perdido nuestra injustificada fe ciega en la política, Esperanza Aguirre, haces mucha, mucha falta.

Ojalá hubiera más políticos como tú. Y ojalá sigas siendo por muchos años uno de esos pocos políticos que ofrecen al pueblo su colaboración para que hagamos de nosotros mismos una sociedad próspera, justa y madura.

Pero primero, a ponerse bien.

¡¡ÁNIMO, ESPERANZA!!

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