Un asunto que se me quedó pendiente de comentar el año pasado fue éste que describió Libertad Digital:
El problema del que hablaba el joven enfermero se recoge en esta otra noticia.
Y parece que no fui el único a quien se le quedó pendiente el asunto. Don Arturo también lo recogió, un mes después de producirse la noticia, en éste artículo de muy recomendable lectura. Se llama CHIVATOS EJEMPLARES.
Queda aquí retratada nuevamente la tolerancia, de niveles cercanos a lo beatífico, de las izquierdas progre-nacionalistas. La ensaimada de los tolerantes con fronteras. Quieren un paisito en el que cualquier idioma vale, menos el español. Francés, alemán, mallorquín,…hasta el idioma de los pulpos, los salmonetes y los besuguillos, es más lícito que el español. Incluso la pancarta del lamentable acto contra el terrorismo que se improvisó éste verano en plena campaña terrorista en mallorca, estaba escrita en un idioma que no entiendo.
Me pregunto si no habrá alguna relación entre el comportamiento mafioso, de control lateral y anónimo, de la progresía, y la facilidad con la que parece moverse la ETA en Mallorca. Con lo peligroso que parece meterse en una isla a cometer un atentado. Con la seguridad añadida del Rey, que veranea allí. Parece claro que los más radicales independentistas mallorquines se toman muy en serio su ideario. Pero ni siquiera tan cerca tenemos que irnos para encontrarnos con gente normal, padres de familia, inocentes y solidarios estudiantes, amas de casa, que haría la vista gorda por un etarra (caridad cristiano-comunista), e incluso que pagarían por poder tomarse unas copas con un terrorista, brindar en bajito por la revolución que no pudo ser, con pose chunga de moriremos-con-las-botas-puestas. Los etarras son vistos con respeto desde las filas progre.
Sólo en los últimos tiempos me vengo dando cuenta, consternado, de cuántos enemigos ocultos tiene España.